Un día de clientela [Axel]

Estaba terminando de arreglar unas cajas cuando sentí que la puerta se
abría.
Era la señora Figg, una antigua clienta de la tienda que siempre venia a comprar balones de fútbol y de otros deportes diciendo que eran para sus nietos.
-Hola Mike-dijo alegremente sonriendo mientras le devolvía el saludo agitando la mano-me preguntaba si no tendrías algún....
-balón- dije terminando la frase por ella
-si exactamente-dijo contenta-uno de fútbol por favor- agrego mirando hacia el escaparate donde se exhibían los balones.

Tome uno l y lo coloque en un paquete,mientras le cobraba agrego -es para mis nietos sabes les encante jugar a eso pero siempre terminan pinchando todos los balones.
Me di vuelta para entregarle el cambio y cuando se lo di dijo -gracias Mike-estiro su mano para pellizcar una de mis mejillas, como de costumbre pero yo ya estaba preparado y le puse el paquete en la cara para evitar que su mano siguiera su trayectoria.

-Ho gracias-dijo algo sorprendida de lo rápido que se lo había entregado.
-Si de nada -dije haciendo una sonrisa forzada mientras pensaba uff por poco...


Luego de que la señora cerrara la puerta tras ella me quede un rato contemplando la lluvia esperando a que llegara algún nuevo cliente....


FDR : Esperando a Axel

Llovía, en aquel maldito pueblo siempre estaba lloviendo. Me levanté cansado de estar son hacer nada. Miré mi monopatín tirado boca abajo en una silla. No podía salir a patinar por la lluvia, pero necesitaba ruedas nuevas y mi tía me había dicho que en el pueblo había una tienda donde podía comprarlas. Me puse mi abrigo, cojí el monopatín de la silla y bajé las escaleras rapidamente, pero sin pasarme con la velocidad, no quería que mi tía me viese haciendo "cosas raras". Abrí la puerta y justo cuando pensaba que me iba a ir así sin más escuché una voz muy conocida.
- ¿Adonde vas esta vez?- preguntó mi tía con tono severo, con los brazos cruzados en su pecho y a pollada en el marco de la puerta de la sala de estar. Estaba claro que creía que me estaba escapando.
Odiaba que se pusiera así, odiaba que me tratase como a un adolescente rebelde y problematico y odiaba que intentase controlar todo lo que hacía... Tomé aire e intenté tranquilizarme, al fin y al cabo le había dado motivos suficientes para desconfiar de mí. Cuando por fin hablé procuré que mi voz sonara todo lo tranquila posible.
- ¿Recuerdas la tienda que me dijiste?- ella asintió y su mirada se suavizó un poco. -Voy a comparar ruedas nuevas- dije mientras levantada la mano en la que tenía el monopatín para demostrar que no mentía.
Ella asintió y volvió a desaparecer por la puerta del salón, no le gustaba que patinase... en realidad no le gustaba nada de lo que hacía.
-Adios tía Carol- dije saliendo de mi casa sin esperar respuesta. Me subí a mi coche y dejé el monopatín en el asiento de copiloto, metí la llave en el contacto, arranqué y me puse en marcha. No me costó encontrar la tienda, porque aunque no conociera el pueblo tenía buen sentido de la orientación.
Cojí el monopatín, salí del coche y entré en la tienda corriendo. Me quedé un rato viendo lo que vendían y al final me acerqué al mostrador.
-Hola- le dije al dependiente. No parecía el típico chico del pueblo, la verdad era que habría encajado mejor en una playa con una tabla de surf al lado suya.- Necesito ruedas nuevas- dije dejando el monopatín encima del mostrador para que viera el tipo de rueda que usaba. Me distraje pensando en los sitios que podía patinar... me di cuenta de que en ese pueblo debía de haber pocos, así que asumí que tendría que buscarme otro pasatiempos.

Un chico de pelo negro y ojos claros entro en la tienda, no me parecía conocido.
Después de observar la mercancía,dejo un monopatín en el mostrador.
Dijo que necesitaba ruedas nuevas a si que observe
las que tenia, un tamaño mediano bastara me dije para mi mismo.
Me acerque hasta el escaparate de las ruedas y lleve algunas hasta el mostrador.
-bueno tenemos en distintos colores -le dije señalándolas,las que había eran negras,grises o azules.
-elige la que mas te guste cualquiera te servirá -dije sonriendo.
-ha propósito ¿ de donde eres? no recuerdo haberte visto por aquí- agregue sin poder contener la curiosidad.
Mire al chico esperando su respuesta.

Miré las ruedas que me enseñaba y di un ligero golpe con los dedos sobre las de color negro.
- Me llevaré estas- dije con una forzada sonrisa. El chico me preguntó de donde era y esperé unos minutos antes de contestar.
- Soy de Jacksonville. Hace muy poco que nos hemos mudado. A mi tía Carol se le ocurrió hacerlo porque cree que aquí podrá controlarme mejor. - dije con una risa mientras retiraba el monipatín del mostrador.
- En fin, no te ofendas ni nada, pero creo que vivir en un pueblo es mas bien... aburrído.- dije haciendo una mueca mientras trataba de encontrar la palabra exacta.- Y más si llueve siempre. Por Dios, ¿qué haceis aquí para divertiros?- muermuré. Llevava allí un día y ya me estaba aburriendo como nunca.

Tome las ruedas negras y las coloque en un paquete,
recordé las palabras del chico "A mi tía Carol se le ocurrió hacerlo porque cree que aquí podrá controlarme mejo" supuse que debía ser algo rebelde.
Me había preguntado que hacíamos para divertirnos.
-bueno tienes razón para un chico de ciudad como tu forks te
deve parecer muy aburrido, pero una vez que te encuentras
amigos te la pasas muy bien-dije con una sonrisa- ¿tu vas al instituto no? si quieres algún día puedes ir a sentarte en nuestra
mesa, no es un gran grupo pero aveces vamos al cine o algún otro lado....-agregue encogiéndome de hombros
-bueno aquí tienes-dije acercándole la bolsa -son $ 50,90-lo mire esperando
que me pagara.

Me encontraba caminando tranquila por la lluvia. Tenía el auto, pero me encantaba mojarme. Recorría las calles husmeando poor aquí y por allá, hasta que me encontré en la puerta de una tienda deportiva. Decidí entrar y comprar algunos artículos para acampar. Por más que no los necesitara, estaba demasiado aburrida.

Pero al entrar, un olor desagradable se filtró por mis fosas nasales. Era casi insoportable, por lo que dejé de respirar. Y yo conocía ese olor, era de... de un licántropo. Avancé unos pasos, con la mirada clavada en dos chicos que se encontraban hablando en el mostrador, pero principalmente miré al que estaba de espaldas a mí. Era él quien olía de esa forma.

Me acerqué cautelosamente, tratando de recomponer mi expresión. Llegué al mostrador y lo miré de reojo. Tenía ojos claros penetrantes, y un pelo negro azabache. Tenía aspecto joven, y para nada una amenaza, asique actué con normalidad, mientras esperaba que el chico de detrás del mostrador me atendiera.

FDR: les molesta?

Mientras esperaba a que el chico me pagara entro a la tienda
una chica.
Su cara era algo rara como si oliera algo que estuviera en mal estado o al menos eso parecía,tendré que comprar mas desodorante de ambiente -pensé desconcertado.
Se movió muy lentamente al mostrador y me pareció a mi o estaba mirando
de reojo al otro chico??

-he ola te puedo ayudar en algo??-pregunte intentando una sonrisa

FDR:No por mi parte no,no se si a el user de Alex le moleste,pero a mi no

- Claro- le dije con tono de voz neutral cuando me propuso sentarme con él y sus amigos en el comedor del instituto. La verdad es que me daba igual con quien sentarme. Si es que me digno a aparecer algún día por el instituto- pensé mientras él me entregaba un paquete con las ruedas dentro. Dejé 60$ encima del mostrador mientras tomaba el paquete, y entonces alguen entró en la tienda. No sabía por qué, pero me puse tenso, oía la sangre zumbando en mis oídos y on olor que me quemaba las fosas nasales invadió el hambiente. Apreté los puños, los metí en los bolsillos e intenté serenarme. Otra vez no, porfavor- pensé mientras de pronto reconocía esa sensación. En aquel momento vi por el rabillo del ojo como una chica se acercaba al mostrador y el dependiente la saludaba. No sabía como, pero sabía que era culpa de aquella chica. Había algo en ella que hacía que se me pusieran los pelos de punta y que la sangre me hirviera.

Tome el dinero y lo coloque en la caja registradora.
Mire a los chicos me pareció que estaban algo tensos.
-ha propocito como te llamas?-pregunte al chico al que había invitado
a mi mesa-yo soy Mike Newton-agregue intentando una sonrisa ya que
el clima que se había producido desde la llegada de la chica no era nada agradable

Noté que el chico también se había puesto tenso, pero yo ya había logrado controlarme. Siempre me había interesado convivir con otras especies, y los licántropos me parecían extremadamente divertidos, ya fueran como amigos o enemigos, siempre podías jugarles una o dos bromas relacionadas con perros.

El muchacho de detrás del mostrador me atendió.
-Estaba buscando artículos para acampar, ya sabes, carpas, liternas, y todo eso...-. En realidad, no estaba muy familiarizada con esas cosas, ya que nunca las utilizaba.

Luego de decir esto, continué mirando al joven licántropo, pero esta vez divertida. Su expresión torturada, los puños cerrados metidos en sus bolsillos, todo se me hacía entretenido. Sin poder evitarlo, carcajée por lo bajo melodiosamente.

El chico que me había atendido obviamente se dió cuenta de la tención que invadía el hambiente. Así que me preguntó mi nombre y se presentó él mismo con una sonrisa.
- Axel Brandon.- dije con voz trankila, pro no fuí capaz de devolver la sonrisa, estaba demasiado tenso.
Por el rabillo del ojo pude ver que la chica parecía mas relajada que yo. Le dijo al tal Mike que ecesitaba cosas para acampar y siguió inspeccionandome con la mirada, parecía divertida y luego se rió por lo dajo. Las manos me temblaron lijeramente, me di la vuelta para quedar frente a ella y la fulminé con la mirada.

Mientras continuaba mi diversión, el muchacho se presentó.

Axel, pero que bonito nombre para un perro.

Entonces, se volteó subitamente quedando de cara a mí, si las miradas pudiesen matar, yo ya estaría reposando en mi tumba. Esto solo hizo que mi diversión se incrementara. Esta vez, no pude restringir más la carcajada y comencé a reir abiertamente. Cuando pude recuperarme, noté que el chico temblaba, estuve a punto de largarme a reir otra vez luego de notar ese detalle, pero hice lo mas que pude por evitarlo.

-Ya que están con las presentaciones... Soy Claire Douchosua, un gusto conocerlos a ambos-. Dije, y le guiñé un ojo al tal Axel, solo para divertirme con su reacción.

El chico dijo su nombre todavía estaba algo tenso,en cambio la otra chica parecía divertida.
El la fulminaba con la mirada y por una extraña razón ella comenzó
a reír,mire a Axel y note que sus manos temblaban levemente,me quede atónito y entonces la chica dijo su nombre.
Me quede en silencio, no entendía nada de lo que sucedía ¿porque habían reaccionado así?? decidí dejar la duda para otra ocasión.
hee....bueno mucho gusto - dije dirigiéndome a Claire- tenemos
distintas cosas para acampar puedes mirarlas en esa sección-agregue indicándola con la mano.
Le eche una mirada rápida a Axel y luego mire nuevamente a
Claire esperando su respuesta.

Mike me indicó por dónde estaban los artículos para acampar con la mano. Yo me voltée para no seguir atormentando a Axel, y me dirigí con paso elegante a la sección que me habían señalado.

-Los perros son taaan suceptibles...-. Dije por lo bajo, pero suficientemente alto para que Axel pudiera escuchar.

Tan pronto como llegué a la sección de acampado, mis brazos ya tenían lo que necesitaba: una carpa, un farol, y alguna cosa que otra más. Volví como un rayo al mostrador y coloqué las cosas sobre este, sonriendo abiertamente.

-Y diganme, chicos, asisten al instituto ¿Verdad?-. Pregunté aún sonriendo mientras esperaba que Mike me dijera el precio de las cosas que deseaba llevar.

La chica se presentó y me guiñó un ojo. No dije nada, solo entrecerré los ojos y deciudí hacer lo posible por calmarme. Estaba claro que Mike no entendía lo que pasaba porque nos miraba un poco sorprendido. Bueno, en realidad ni yo mismo sabía lo que me pasaba, pero estaba claro que tenía que calmarme o sino psaría algo malo... algo muy malo. Mike se llevó a la chica para enseñarle lo que ella queía comprar y cuando se iban la chica soltó algo sobre los perros pero decidí ignorarla y concentrarme en la tarea de calmarme. Desgraciadamente aquel olor dulzón y que me qumaba la nariz y la garganta no me ayudaba muchísimo, así que respiré solo lo necesario y me tranquilicé. Cuando segundos despues volvieron yo estaba ya bastante mas clamado, la chica colcó sobre el mostrador las cosas que había cojido y preguntó si ibamos al instituto.
- Sí, en teoría vamos al instituto.- dije con tono frío. "En teoría."- volví a repetir en mi cabeza, ya que muy a menudo me gustaba saltarme las clases y desde los últimos dos años había pasado de ser un alumno excelente a un fracaso absoluto.
- Asi que Mike, espero que concidamos en alguna clase.- dije despidiendome del chico que me había atendido y que me caía bastante bien. No estaba muy seguro de querer volver a ver a la chica. Por una parte solo su presencia me enfurecía, pero por otra me intrigaba saber porque pasaba aquello.

Axel siguió mirándome con desprecio, pero yo ya estaba lo suficientemente cuerda como para no seguir provocandolo en frente a un humano. Entonces, respondió a mi pregunta del instituto, y una pequeña sonrisa irónica se dibujó en mi cara.

-Oh, un niño rebelde.

Se despidió de Mike, y se estaba yendo cuando me percaté de que en su cara se reflejaban dos sentimientos: odio y confusión. ¿Es que acaso nunca se había enfrentado a alguien como yo? Fruncí el ceño, y la compasión se apoderó de mí. Yo había tenido un maestro que me enseñó todas las cosas necesarias para continuar con mi vida, incluyendo a mis enemigos naturales. En cambio él parecía no saber a qué se enfrentaba, y eso no me parecía justo. Además, yo había comprobado que se podía convivir con licántropos, es decir, no todos los vampiros somos tan malos como nos describen.

Me di vuelta en seco, mientras observaba como el licántropo se alejaba. Entonces dejé que mis sentimientos y principios hablaran por mí, en lugar de usar la lógica.

-Axel, tú y yo tenemos que hablar-. Dije con vos inexpresiva, habiendo perdido ya todo rastro de diversión.

Me di la vuelta y cuando estaba apunto de salir la chica dijo que teníamos que hablar. Me quedé un momento mirandola, me encojí de hombros con gesto de indiferencia y al final salí sin decir nada. Dejé el monopatín y las ruedas que acababa de comprar en el coche, volví hacia el edificio y me apollé en la pared con los brazos cruzados esperando a que la chica saliera para hablar con ella. Ya casi no llovía, pero estaba nublado y los rayos de sol apenas transpasaban las nuves, con lo cual todo tenía un aspecto lúgumbre y gris. Hice una mueca de desagrado.
-Ten cuidado, puede que esto no sea muy buena idea.- me dije a mi mismo en un susurro con gesto pensativo. Aunque la curiosidad pudo conmigo ya que quería saber más sobre lo que había ocurrido, y al fin y al cabo no pensaba contarle nada sobre mí, solo quería saber lo que tenía que decirme aquella chica.

Mire a Axel parecía mas calmado.
-si yo también espero verte -le dije aun confuso
Luego ocurrió algo muy extraño Claire se dio vuelta súbitamente
antes de que Axel se fuera y le dijo "que tenían que hablar",yo me quede
pasmado.
Si antes no entendía nada de lo que pasaba ahora estaba totalmente mareado,
me sorprendió mucho el cambio de humor repentino de Claire.
Axel tomo sus cosas y salio de la tienda indiferente yo en cambio me quede parado en mi sitio con una expresión de confusión en el rostro que no me moleste en disimular.
Observe a Claire fijamente esperando su siguiente movimiento.

Axel se retiró y pude observar cómo se apoyaba contra la pared del lugar, esperándome. Desée golpearme por lo que había dicho, estaba poniendo en peligro mi estadía allí... Pero, el daño ya estaba hecho, asique ahora tendría que enfrentarme a lo que mis precipitados actos me llevaban.

-Espero que esto sea suficiente-. Dije entre dientes, dejando el dinero en el mostrador. Me precipité a salir, un tanto confuso, ya que no sabía que iba a decir.

Cuando al fin llegué a su lado, lo contemplé por un momento, temiendo que lo que dijera a continuación lo provocara y entrara en fase en un lugar donde muchos podían verlo.

Decidí asegurarme primero de que no había malintepretado sus emociones, por lo que, después de dar un largo suspiro, pregunté:
-¿De verdad no sabes cuál es mi naturaleza?

Mire el dinero que Claire había dejado en el mostrador, era más de lo que
valían las cosas que había comprado , iba a decírselo pero ya había salido de la tienda.
La verdad era que nunca había tenido como costumbre escuchar
conversaciones ajenas, pero este era un caso aparte, para mi lo que
había sucedido entre esos dos era un tanto raro.
Así que salí del mostrador y me acerque con disimulo a una estantería mas
cercana a la puerta para ver si captaba algo de la conversación.