En el Comedor.

Me puse de pie, tomando el bolso con una mano y con la otra, el jugo que no había bebido; El biscochuelo podría esperar.

Me dispuse a alejarme de Bella y Mike, cuando por fin, mi amiga se decidió a reaccionar y anunció que se iba conmigo. Le sonreí -Claro, no hay problema...- le dije tomando su mochila para ayudarle.

Claro, no hay problema. Siempre y cuando podamos pasar ambas al lado de los Cullen y no morir en el intento de salir del comedor. ¿Por qué la salida estaba justo junto a la mesa en que ellos estaban?

-Podemos...ir a comer al gimnasio o a hacer cualquier cosa.- propuse sin saber que decir. Teníamos que pasar por allí y no había otra opción.

Miré a Mike y le hice un gesto con la mano -Nos vemos después...- me despedí amable y me giré para mirar a Bella. Tomé aire -¿Lista?- pregunté como si fuéramos a una misión extraordinaria.

Ella tomó mi mochila y luego le sonreí agradecida, giré el rostro hacia Mike e hice un movimiento con la cabeza como despedida, al volverme hacía Ángela tomé mi mochila y me la colgué a los hombros. Observé a lo lejos, la maldita salida estaba a unos pasos de la mesa de ellos, suspiré, algo se me vendría encima, sentía una presión, como si algo fuese a suceder y no me fuese a perdonar por ello.

-Lo que sea, menos estar aquí. – respondí sin verle, seguía con la mirada en ese punto fijo, en esa mesa. Sabía que parte de esta huida de ambas era por estar cohibidas por los Cullen, me frustraba saber que esto ahora me estaba pasando, nunca antes me hubiera imaginado a mi misma huyendo de desconocidos.

Suspiré, sabía que metería la pata, pero claro, no me importó porque de una forma u otra tendría que escapar de allí, intenté caminar lo más normalmente posible – No… - susurré a Ángela cuando se aseguró de que estuviese preparada para ello, comencé a caminar lentamente.

"Lo que sea, menos estar aquí."

Y muy ciertas eran esas palabras. Nos separamos por fin de la mesa, y comenzamos nuestro camino hacia la puerta de salida. ¿Cuando unos simples pasos se habían connvertido en la marcha fúnebre?.

Los pasos que ambas dábamos, tenían una extraña mezcla, pues cuando dábamos el primera paso, era rápoido, desesperado pero salir, pero el otro...era definitivamente más lento que una anciana de 100 años tratando de correr una carrera.

No, Bella me dijo que no estaba lista, pero aún así ya estábamos a mitad de camino en unos cinco minutos, que para cuelquier persona normal, ese camino debió haber dirado un máximo de 30 segundos...

-En cuanto lleguemos un lugar seguro, tendré que darte gotitas para los ojos, los debes tener muertos de tanto mirar...- bromeé para que ambas nos relajáramos, y al reírme de aquella broma, el jugo que tenía en las manos perdió el equilibrio y cayó al piso, justo en el lado por donde iba Bella y justo al lado de la mesa de los Cullen.

-Cuidado, no vayas a...-

Me encontraba mirando a Emmett con su comida mientras sonreia cuando una sensación inundó mi cabeza, era una visión. Estuve en trance unos segundos, mi rostro se tornó serio y concentrado, mis ojos perdidos al vacio mientras descifraba la vision en mi mente.

Las dos chicas, la nueva y su amiga, caminando, riendo, de pronto, el jugo de una de ellas caia al suelo, y la nueva se caia al pisar el suelo mojado.

Antes de que acabara la visión moví la cabeza y me pregunté, durante una milésima de segundo, como podian los humanos llegar a ser tan torpes.
Rápidamente giré mi cabeza justo cuando el jugo de la chica, como habia visto, caia al suelo.


Me levanté sigilosamente y lo más rapido que pude, manteniendo la velocidad humana, me acerqué a ella para aguntar a la nueva antes de que cayera del todo al suelo.

Aquello se me hacía eterno, cada paso que daba era indeciso de dar la vuelta y correr hacia mi mesa nuevamente, temía caerme. Mas de dos veces pensé en comenzar a correr hacia la salida ya que eso no sería lo peor que hubiese hecho en mi vida, pero no, me contuve porque fui consiente de que eso me haría quedar como loca y dejaría a Ángela atrás.

Parecíamos dos ancianas con tal lentitud al caminar, justo cuando estábamos a unos pasos de la mesa, cuando estaba sintiendo la presión de sus miradas mas cerca aceleré mis caminata y desvié la vista hacia Ángela. Reí levemente por su chiste, no sabía hasta que punto había exagerado viéndole a el joven Edward por lo que supuse que eso sería la causa del rubor en mis mejillas, luego de esto todo fue muy rápido.

Cuando desvié la vista al camino, dando uno de mis torpes pasos escuché un golpe seco, pero no supe de que era, para cuando decidí pensármela bien ya iba directo al suelo, acababa de resbalar y caería de espalda. Lo único que pude hacer fue cerrar los ojos esperando a encontrarme con mi querido y fiel amigo el piso pero algo me retuvo antes de llegar a mi parada…

Noté cómo las dos chicas caminaban a paso de tortuga a la salida. Ambas estaban ruborizadas, al parecer intimidadas. Una de ellas dejó caer su jugo accidentalmente, justo delante de la otra. Anticipandome a lo que iba a ocurrir, comencé a reirme a carcajada limpia, pero justo cuando estaba por caerse, la chica vampira la sostuvo.

Esto no me gustó, siempre era divertido burlarse de la torpeza humana, y que me arruinaran un espectáculo no era algo que me agradara. Me levanté ofendida, tomando a Claire del brazo, y ambas salimos rápidamente por la puerta principal, aunque en mis pasos se denotaba la molestia.

Ok, todo eso que pasaba en esos instantes, ¿no parecía como de película?. Las miradas, la cámara lenta, la emoción, el miedo, hasta incluso, pareciera que todo estuviese callado y la atención de la cafetería estaba puesta en nosotras dos, y en el desenlace de nuestros pasos.

Y el sonido del jugo dio de lleno en el piso, y Bella seguía caminando sin ponerme atención en lo que dije -Bella, cuidado que...- le decía, pero ella ya sucumbía ante la caída que tendría.

Acerqué una mano para tomarla del barzo, para impedir aquello, pero fue cuando la chica de los Cullen había llegado más rápido que yo. Todo se quedó en silencio.

La miré, formando una tímida sonrisa -Gracias...por ayudar a mi amiga- susurré lentamente.

Na sabia muy bien porqué pero habia evitado la caida de la chica nueva.
Y allí me encontraba, aguantandola para que no cayera, tan cerca de ella que podia oler el aroma de su sangre, ¡demonios! de verdad atraia.
Respiré hondo, inconscientemente, pero interrumí aquella acción cuando noté que mi garganta se llenaba con aquel aroma.

Ayudé a incorporar a la chica y después de poder inhalar un poco del aire que estaba alrrededor para calmarme, desvié la mirada hacia su amiga y le sonreí como siempre lo hacía.
-Ha sido una suerte que justo me levantara para ir a buscar algo para beber- comenté tranquilamente recuperando de a poco mi voz aguda y cantarina.

-¿Estas bien?- le pregunté a la chica mientras, una vez supe que estaba en pie y en equilibrio, volvia a dejar que mis brazos cayeran a los lados de mi cuerpo.

Intenté, juro que intenté hacerle caso a Alice. Ella debía haber visto algo para que lo dijese con tanta fluidéz, Bella Swan tan solo era una humana más que simplemente y por mera coincidencia, era inmune a mi capacidad para leer los pensamientos de la gente.

- Lo dejaré pasar...- admití en voz alta y me recargué, indiferente, en una mano donde mi codo se apoyó en la mesa.

Cuando por primera vez pude escuchar cláramente su voz, me sentía tan frustrado por no escuchar su mente que hice como si nada. Lo mejor era que ella y su amiga se irían y por fin, podría entablar la convivencia normal con mis hermanos. Se pusieron de pié y caminaron, y todo comenzó a los 3 metros de distancia de nuestra mesa.

- Alice...- susurré imperceptiblemente en señal de alerta.

Mi garganta comenzó a arderme provocado por el olor mas deleitante que jamás haya olido con mis sucias fosas nasales, mis manos quedaron prendadas de la mesa y cerré los ojos sin propornermelo. Había sido cuestión de segundos y ya tenía un mapa mental trazado en mi cabeza...todo sería sencillo, y mis hermanos querrían que nada se supiese deshaciendose de los demás testigos. Eran bastantes alumnos, pero tres éramos suficientes para romperles el cuello a todos en menos de dos minutos. "Edward, detente hijo mío. Tu no eres eso en lo que intentas convertirte. Su sangre caliente, deliciosa recorriendo mi garganta, el sonido de su carne mientras mis dientes filosos le mordían por el cuello."Dentro de ti existe la voluntad, tu puedes ser fuerte...puedes resistir". No, Carlisle...tu nunca lo entenderás. Nunca sabrás lo que es beber de est sangre tan...enloquecedoramente deliciosa.

"¡Tengo fé en ti!

Eso me hizo abrir los ojos, justo a tiempo para ver que Alice había evitado que Bella Swan cayera al suelo. Me cubrí la naríz con ambas manos y le miré con los ojos llenos de odio. Le odiaba, con todas las fuerzas que tenía...Bella Swan había convertido en tan solo unos minutos mi existencia en un verdadero infierno, haciendo salir a mi mismísimo demonio y batallar con la imagen recta de mi padre. La odiaba...¿Por qué no se había quedado en el lugar de donde llegó?

Iracundo, me puse de pié y me quedé mirando a aquella joven. Supe que mis ojos estaban negros del hambre, de la locura que el olor de su sangre me provocaba...cerré los puños y dejé de respirar.

Debía alejarme lo mas pronto posible de aquel lugar, antes de que pasara alguna cosa de la que después me arrepentiría. Entonces, me dí la vuelta y cuando llegué al espacio cerrado de mi Volvo arranqué y me fuí de Forks lejos.

Muy lejos, hasta Alaska.

Abrí los ojos una vez que estuve segura de que no caería, algo me sostenía y vi a mi lado a Ángela, ¿qué no había sido ella? quien fuese que me sostuvo me ayudó a recuperar mi postura y pronto pude verle, era…¿Alice Cullen?

Paseé la vista entre ambas, no creyéndome lo que sucedía, y pude sentir muchas miradas fijas en nosotras, más de las que cualquiera desearía – Lo siento…- musité pestañeando con rapidez y sonreí a medias a Alice, escuché su voz, delicada y cantarina.

¿Levantarse para ir por algo de beber? no me cuadraba pero no discutí, ella estaba tan cómodamente sentada antes de que todo esto pasara, sentí como mi rostro se descomponía por la desgracia, ¡que manera torpe de atraer atención! – Si, estoy…bien… - pero no alcancé a agradecerle por la ayuda porque sentí una mirada en especial, un movimiento, un sonido que me hizo volverme hacía la mesa de los Cullen, fue él quien se levantó bruscamente de su silla y caminó unos pasos hacia nosotras, se paró en seco y me fulminó con la mirada, una mirada propia de odio, su rostro contraído por la ira, la molestia.

La sangre huyó rápidamente de mi rostro y me sentí torpe, creí que perdería el equilibrio nuevamente, él estaba queriendo destrozarme con su mirada y fui consiente de ello, quise retroceder unos pasos por el miedo, pero mi cuerpo no respondía.

¿Qué le había hecho? Me preocupé por no poder reaccionar, no podía hablar, era como si mi voz se hubiese esfumado por arte de magia y solo pudiese contemplarle ahí, no escuchaba nada más que mis latidos, como si fuese la ultima vez que fuese a escucharlos, latidos acelerados por el miedo, me quedé plantada allí y para cuando quise ver él se había esfumado por la puerta.

Pestañeé y di un brinco por el golpe seco que provocó el golpe.

Y sin poder creerlo, con esa chica en frente de nosotras, no sentía timidez, me daba una extraña confianza y sensación de alegría. Pero sabía muy bien que si desviaba la mirada hacia sus acompañantes, esa confianza se iría hasta lo más recóndito de la tierra.

-Si, una verdadera suerte. Yo tuve la culpa por lo del jugo...- le decía apenada, cuando de pronto un golpe seco hizo que desviara la mirada hacia uno de los hermanos de aquella chica que parecía de porcelana.

Traté de sonreírle en cuanto se acercó a nosotras, pero aquella mirada que le lanzaba a Bella no pudo hacer que sonriera, si no que me tensara como nunca. Bella no se movía, estaba...en shock, o eso parecía. ¿Y quien no después de brutal mirada?. Tomé del brazo a mi amiga para correrla más a mi lado, y fue cuando aquel muchacho, Edward se giró y salió de la cafetería.

El silencio sepulcral no ayudaba en nada, y yo sabía como debía sentirse Bella. Eso...había sido terrible. Apreté más su barzo y miré a la joven Alice -Ella...no ha hecho nada.- musité en un susurro.

Sonreí a las chicas cuando se recuperaron y lograron entender lo que pasaba.

Justo en ese momento las dos desviaron la mirada hacia Edward, bajé la mirada y cerré los ojos- Edward, tranquilo- pensé, pero ya era demasiado tarde, se estaba yendo.
Pronto entré en trance unos segundos más, como antes.
Vi a Edward, conduciendo su coche, pensaba irse de Forks, fuera....de pronto lo vi rodeado de un paisaje queconocia bastante bien, ¿pensaba irse a Alaska?.
Moví la cabeza para desviar aquella vsión de mi mente, no me servia de nada verla, en aquel momento sabia lo que pasaba por la mente de mi hermano, no tenia nada claro, todo lo que tenia eran ideas de escape, y tan ponto como tuve cerca el olor que desprendia Bella supe el porque de su reacción.

Pronto levanté la mirada con el sonido de la puerta cerrarse, miré la puerta y luego volví la mirada hacia las chicas. Una de ellas hizo un comentario. De verdad la huida de Edward habia parecido culpa de ellas.
-No es nada contra ustedes- dije sin dejar concluir ninguna teoria de las que pudieran llegar a inventarse.
Lo unico que esperaba era que retomaran cualquer otra conversación

Sentí que Ángela me tomaba del brazo y me jalaba hacia ella, esta vez estaba demasiado atontada como para resistirme a que me moviese, me quedé a su lado, observando aún por donde Edward Cullen había escapado, comencé a respirar, o tal vez ahora era consciente de que respiraba y ahora conseguí recuperar parte de mi cuerpo, pude mover el rostro para ver a Alice, mis ojos estaban a explotar, quería escapar, ahora más que nunca – Debo irme. – comuniqué a ambas, ya no me importaba quedar mal ante tal figura de Alice Cullen, ella era perfecta, no le molestaría no verme, de hecho, estaría deseándolo ahora que algo le había hecho a su hermano.

Me tambaleé un poco antes de dar un paso dispuesta a escapar, intenté no fijarme en las demás miradas.

Tres cosas pasaron mientras el jugó con la comida. La primera fue que la chica humana a la cual Edward no podía leerle la mente, se levantó con la tutora e intentaron una limpia huida que se vio saboteada cuando, la misma chica, decidió besar el piso de la cafetería. La segunda fue que Alice la atrapó antes de que lo hiciera. Y la tercera fue que todos huyeron. Las vampiras de las mesas de fondo, desaparecieron tras una carcajadas estilo Cruela de Vil. Edward intercambió miradas con Alice un par de segundos.

No, no, no hablen mentalmente. Yo nunca me entero de nada. Pensó.

Esa queja era para Edward, pero igual a su hermano le importó un comino y se marchó. La humana igual se fue y los dejaron atrás en la cafetería. Emmett se levantó sin haber comido, sus hermanos igual dejaron la comida y ya sabía que en el Instituto decían que sufrían de trastornos alimenticios.

-Bien, eso fue raro -dijo. Se acercó hasta su hermana que continuaba con su tutora. -¿Qué le da? -Le preguntó en voz baja y refiriéndose a Edward. Se preocupó un poco por su hermano.

Miró a la chica humana.

-Ya, ya, es que a mi hermano le pasa así, se acuerda de cosas que dejo pendientes y sale corriendo -dijo con una sonrisa. En la escala de no llamar la atención, el día de hoy habían obtenido un fantástico -5.

Vi a la chica, Bella, irse rápidamente de allí, todos se habian marchado, solo quedabamos Emmett, la chica, Angela, y yo.
Escuché la pregunta de mi hermano sobre Edward y lo miré comunicandole que le contaría después, no podia dejar que la humana escuchara, igualmente sabía que a Emmett le preocupaba tanto como a mi lo que fuera a hacer Edward.

Luego escuché su comentario excusando la veliz huida de nuestro hermano e hice lo que mejor sabia hacer, reir. Solté una de mis carcajadas cantarinas y miré a la chica- Si...no soporta olvidarse las cosas- agregué al comentario y me quedé mirando a la chica mientras sonreia.

A esta altura ya me parecia raro que no hubiese salido corriendo como parecia que habian hecho todos

La joven Alice respondió a aquella interrogante que no pudo ser evitada por mi. Es que, había sido demasiado, y cuando me refería a demiasido, es que había sido DEMASIADO obvio cuando Edward miró a Bella de esa forma y luego salió como un rayo del comedor, iracundo...

Bella, que parecía ida en esos momentos, ahora parecía reaccionar de a poco, y lo había hecho justamente como yo lo hubiera hecho. Huír...

-Bella...Bella...¿estás..- quería preguntarle como estaba, pero estaba segura que esa pregunta no debía hacerse. Era obvio como debía estar la pobre. Se soltó de mi brazo, y parecía un poco mareada al alejarse de a poco.

La seguí con la mirada, estaba vez yo inmóvil son saber que hacer. Edward se había comportado nada bien con ella. Volví el rostro hasta Alice, que al parecer nada de eso le hacía cambiar su aura y rostro de felicidad. Le sonreí como pude, pero en cuanto sentí una voz que había conocido en la mañana, dejé de hacerlo, nerviosa, pero raramente cómoda junto a ambos.

Emmett dijo que su hermano solía hacer eso cuando se le olvidaba algo, salía como loco a buscarlo. Alice apoyó aquel comentario, y yo simplemente petañaba mirándole a ambos, aunque trataba de no pasar la mirada por Emmett; Reordaba lo estúpida que debía haberme visto queriendo ser tutora. Ya hablaría con el director para renunciar a mi trabajo.

-Si...aunque creo que se le olvidó algo más que una cosa, y eso se llama consideración con mi amiga.- anuncié en un susurro, mirando el piso esta vez.

Desvié la mirada hacia la puerta. ¿Debía seguir a Bella para acompañarla, o quizás ella quisiera estar sola?. Suspiré.

Alice con una mirada le indicó que ya hablaría después. Lo entendió por supuesto, ahí en el comedor no era el mejor sitio. Se concentró un segundo, el olor de Edward se alejaba rápidamente. Y seguro quería estar solo o de lo contrario no se habría comportado como lo hizo.

La chica les dijo que si pero que tampoco tuvo consideración.

-Ya, ya, es que es así pero luego se disculpara -lo dijo sin saber si de verdad pasaría pero todo en aras de la normalidad y de no llamar mucho la atención. -He por cierto, buena clase -le dijo a su tutora.

Tomó una de las manzanas de la bandeja, esa que pensó lanzarle a la cabeza a Edward y que ya no hizo y le dio una mordida. Asqueroso. La sostuvo en la mano como si la disfrutara.

-¿Nos quedamos aquí como pasmarotes o hacemos algo más? -Les preguntó.

Los de la cafetería ya les miraban. Eso era porque ellos jamás se relacionaban con nadie más y ahora estaban ahí hablando como si toda la vida se llevaran con toda la escuela.

Cuando la chica comentó sobre los modales de Edward bajé la cabeza, no entendia lo que se sentia, no podia juzgarlo así.
Igualmente aquel pensamiento desapareció de mi cabeza cuando Emmett mencionó una clase- ¿Clase? ¿Que clase?- pregunté intercalando miradas hacia Emmett y a los pocos segundos la desviaba hacia la chica.
Me parecia extraño, ella no parecia tener más de dieciocho años. Era extraño que le diera clases a Emmett, pero igualmente se veia gracioso.
Miré a mi hermano darle un mordisco a la manzana e hice una mueca mirando su rostro como parecia que la disfrutaba, en cuestion de pocos segundos otra sonrisa volvió a plantarse en mi rostro.

Emmett aseguró que su hermano pediría disculpas -Eso espero, porque yo no sé si sería de gran ayuda ahora para Bella. Yo...yo no soportarían que me vieran así...- susurré con la mirada perdida en el piso.

Pero de pronto, Emmett agregó algo que me hizo levantar la mirada hacia él. Abrí los ojos bastante y mis mejillas se sonrojaron -Yo...yo...gracias- articulé con una nerviosa sonrisa.

Por suerte, Alice preguntó que clase y la miré con esa sonrisa alegre y hermosa que contagiaba -Es que...soy tutora, de todas las asignaturas- expliqué rápidamente -Pero, no sé, quizás eso no es para mi...ya sabes, las miradas...- finalicé refiriéndome a que quizás ellos ya se habían dado cuenta de mi nivel de timidez.

Emmett preguntó que hacíamos, y me sentí más nerviosa aún porque hciera esa pregunta a ambas y no sólo a su hermana. Me encogí de hombros -Igual, ya no tengo hambre- contesté con una sonrisa sincera.

Y noté todas las miradas nuevamente en los tres -¿Siempre les miran así?- pregunté sonrojada, pues si los miraban a ellos, también me miraban a mi que estaba junto a ellos -Disculpen si yo lo hice...- susurré sinceramente apenada.

Dejaron el tema de Edward de lado, mejor no seguir hablando de eso. Alice cambió el tema al preguntar qué clase era y la chica explicó que era tutora de todas las clases pero que pensaba dejarlo por que, al parecer era muy tímida. Emmett sonrió, si, de eso ya se había dado cuenta.

-Me dí cuenta pero eh, hiciste lo que pudiste con esa clase -dijo.

Al parecer ninguno tenía hambre, así que igual no tenía sentido que continuarán ahí. Ángela les preguntó si siempre era normal que les vieran así.

-Si, siempre. -Emmett miró a sus compañeros e hizo una ademán con la mano que hizo que le miraran aún más raro -así que sino te gusta llamar la atención, estás con las personas equivocadas.

Lanzó la manzana de vuelta a la bandeja sobre la mesa, no se la iba a terminar. Ya fue mucho suplicio para él tener que morderla.

Levanté las cejas al escuchar la información sobre Angela. Era divertido pensar en ella como tutora de clases.
De verdad habia notado su grado de timidez, pero eso no era malo, es más, parecia adorable- Si quieres tener más soltura con la gente, aqui tienes a alguien que te puede ayudar- dije dando una pequeña vuelta sobre mis pies, tal y como lo habria hecho una bailarina, mientras le sonreia amable.

Volvi a mi postura de siempre cuando preguntó por las miradas y asentí a la respuesta de Emmett- Igualmente yo sigo sin saber porque nos miran así- dijo mirando a los demás en el comedor.

-Ya has acabado de comer hermano?- le pregunté divertida al ver que dejaba la manzana devuelta en la mesa

Emmett me sonrió y me dijo que hice lo que pude con esa clase. Sonreí también -Si...son terribles. Creo que debería ser tutora personal nada más- comenté en un susurró, ¿por qué hablaba e susurros?.

Alice se ofreció para ayudarme a tener soltura con la gente. Reí agradecida -Mi única táctica hasta el momento es no mirar a ndie en particular- comenté encogiéndome de hombros -Pero me encantaría que me ayudaras- agregué sincera.

Pero fue la respuesta de Emmett la que me hizo quedarme en silencio nuevamente. "así que sino te gusta llamar la atención, estás con las personas equivocadas."

Alice habló nuevamente, cantarina, y le dediqué una sonrisa, aunque no miraba a nadie en particular -Si...yo, creo que también me voy- anuncié por lo bajo.

Alice se ofreció a ayudarle con lo de su timidez. Parece aceptar eso. Alice sin duda será buena en sus clases, ahora la tutora tiene tutora también. Su hermana se hizo la pregunta de qué no sabía porque los miraban y Emmett soltó una carcajada. Atrapó a ambas chicas entre sus brazos y las acercó a él. Era una proximidad que sus padres reprobarían, pero Alice y él sabían controlarse bien.

-Es que somos condenadamente guapos -les dijo con una sonrisa.

Las soltó tras un segundo. Alice miró su comida intacta preguntándole si ya había terminado.

-Si, ya, esa manzana... le pusieron mucho fertilizante -se excusó por comer tan poco. Ángela dijo que lo mejor sería que se fuera, él miró la hora en el reloj, ya era tarde y tenían más clases. Tomó a Alice de un hombro.

-Si, igual será lo mejor... te veo en clases Ángela -empezó a despedirse.

Sonreí antes de que nos sorprendiera tomándonos del hombro, más bien juraba que solo habia sorprendido a Angela, pero igualmente me rei con Emmett casi a la vez.
Miré la cara de Angela aun sorprendida por el gesto y reíaun más- si, se lo que te preguntas, y si...siempre es asi- comenté dandole un pequeño golpe en el pecho con el puño a Emmett.

Esperé a que Emmett le saludara y luego me acerqué para farle un pequeño abrazo, siempre cuidando de que no tocara la gélida piel de mi rostro- espero verte pronto Angela- le saludé cantarina.

Seguía mirando el piso que ese día me parecía encantador, cuando una carcajada llegó hasta mis oídos y me hizo levantar la mirada hacia el origen, era Emmett. Le sonreí cálidamente, y fue cuando de un momento a otro, abrazó a Alice...y a mi. Toda la sangre de mi cuerpo de posó en mis mejillas, y más aún luego de su comentario. Alice siguió a esa carcajada, divertida.

"Es que somos condenadamente guapos." Si...definitivamente él lo era y no podía negarlo aunque quisera.

Nuevamente la voz de Emmett hizo que saliera de mis pensamientos cuando comentó algo de una mensaza. Simplemente asentí y comenzó a despedirse de mi
-Si, nos vemos en clases...Emmett- me despedí mirándole.

Alice me dio un pequeño abrazo antes de despedirse, algo que me hizo volver a reaccionar -Gracias...igualmente- comenté algo aturdida por aquel repentino abrazo aún. Les dediqué una sonrisa, y a psao normal abandoné el comedor.