Bella parecía un poco ida, pero eso se acabó a los segundos, cuando me quitó la capa de las manos con agilidad y rapidez, y me anunció, sin preámbulos que esta vez ella pagaría las capas.
Asentí sonriendo, dándole la razón y la seguí hasta la caja -Yo llevo el ketchup.- anuncié riendo, acompañándola en todo momento.
Mi amiga pagó las dos capas, y la vendedora nos sonrió mucho más que la vez anterior. Quizás estaba feliz de que no lleváramos sus productos, y así, ella pudiera tener un aumento de sueldo o algo parecido.
Tomé las bolsas antes de que Bella lo hiciera, porque la verdad me encantaban los colores de ellas y me gustaba andar con cosas en las manos. De alguna forma u otra, y aunque pareciera tonto, me sentía segura y hasta acompañada.
-¿Te parece si vamos por un helado?-