Casa de los Jacksons ( Donde vive Minnie)

Domingo, luego del almuerzo

Minnie se encontraba en las escalinatas de su nueva casa mientras escuchaba música del I- que Chris le había prestado. La clase de música que le gustaba a Chris era la clase de música que a ella le gustaba: Tranquila, nada agresiva.

Estaba pendiente pendiente de la música, que realmente se sorprendio cuando un olor nauseabundo comenzó a invadirla. El mismo olor que sintió apenas piso el suelo de Forks y que día a día parecía acrecentarse.

Si un humano lo sintiera, definitivamente diría que se trata de una fragancia dulce y agradable, pero para ella, quien tenía los sentidos sumamente desarrollados, aquel olor era desagradable, e inconfundible.

Disimuladamente observó a ambos lados de la calle. Parecía ser un vecindario tranquilo. Algunas casaz, con algo de distancia entre ellas, niños jugando en los jardines delanteros, señoras de edad avanzada conversando unas con otras... Todo parecía "normal".

Minnie, quien se había puesto de pie apenas se percató del olor, se sintio algo tonta. Todo esta bien, sino Niko no la hubiese dejado en aquel lugar, en el que según el , estaría segura.

-Niko solo te acompaño hasta Seattle- se dijo para sí misma. -¡Tonta conciencia! - volvió a pensar - Si sigo mis corazonadas, terminaré en problemas, y si no las sigo y son verdad, tambien lo haré- pensó algo contrariada.

Estaba dispuesta a volver a sentarse en las escalinatas de la casa, cuando sintió que una bocina tocaba detrás de ella.
Se giró rápidamente y se encontro nada menos que con Chris en un auto convertible blanco.

Con tranquilidad cruzó el espacio entre la casa y el patio delantero hasta llegar a donde Chris había estacionado el auto.

-¿Y? ¿Qué tal?- le preguntó sonriente mientras se bajaba del auto y extendia las llaves

Su tío Andrew había llegado para almorzar, y luego, le pidió a Chris que lo acompañase a hacer unos papeleos por el. Andrew lo dejaría en el lugar y volvería al hospital, pero Minnie jamás penso que se tratará de su nuevo auto.

-No es nuevo, pero lo parece, y te aseguro que no te traerá ningun problema. Bueno, jamás lo hizo con Amy- comentó Chris mientras extendía las llaves del auto a su nueva dueña.

-Es...perfecto- sonrió Minnie mientras se veía reflejada en el potente blanco del descapotable. Se giró y tomó feliz las llaves del coche.

- Supongo que este es tu regalo de bienvenida a Forks- aseguró Chris mientras se cruzaba de brazos y observaba el auto.

-Supongo- contestó Minnie.

- Iré a terminar unas tareas que debo entregar mañana. Al terminar podríamos hacer algo. Quizas Amy se anime a acompañarnos- dijo Chris mientras cruzaba el jardín para entrar a la casa.

Hacía un viento frío. y el cielo parecía algo nublado. -Con suerte lloverá- pensó para si. Definitivamente, era su estado climático favorito, aunque extrañaba muchísimo la nieve y esperaba que pronto comenzace a nevar.

-Esta bien- contestó luego de unos segundos mientras abría las puertas de su nuevo auto - Iré a recorrer el lugar- dijo mientras cerraba algo emocionada la puerta del lado del conductor.

-No te alejes demasiado- le gritó Chris desde las escalinatas.

Minnie solo hizo un gesto de saludo con la mano y decidió darle un uso a la llave que Chris le había entregado. El ronroneo del motor la hizo sonreír. Suavemente apretó los pedales y el autó comenzó a andar.

-¿Qué tendrá de emocionante Forks?- se preguntó mientras se alejaba de la residencia de los Jacksons

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DOMINGO POR LA NOCHE.


Minnie se encontraba en su habitación leyendo a la luz de una lámpara que se encontraba en su mesa de noche. En realidad, solo sostenía el libro con sus manos, pero su mente, aunque intentaba concentrarlas en las oraciones del tomo que intentaba leer, solo divagaba en sentido a la conversación que aquella tarde había tenido con aquellas dos vampirezas.

Realmente el hecho de que en Forks hubiese vampiros la había tomado por sorpresa, pero el saber que había una manada de Licantropos en la Push la había afectado aún más.

¿Qué pasaría ahora? Hoy había probado a su Tía en la cena, y cuando nombro a la tal Esme, solo se refirio a ella como la esposa de un Compañero de hospital, bastante normal. La expresión de la cara de Cassie me demostraba que no mentía, por lo tanto me limité a no comentarle nada sobre los decubrimientos de aquella tarde, ni siquiera a preguntarle de la Push.

Para mi suerte, Amy y Chris planeban ir pronto a la playa, y lo anunciaron en la sobremesa. Por supuesto, Chris no tardó en invitarme, y otra vez, el rostro de Cassie me demostro que ella no sabía nada sobre la manda de la Push, aunque la otra opción que se fuese una muy buena actriz, cosa que dudaba.

De igual forma, la cena ya había pasado, y la tarde había dado paso a la noche. Deje el libro por unos segundos y observe el reloj de mi habitación. Las diez en punto.

Me molestaba el hecho que mañana sea el primer día de clases. Sin duda, eso implicaba mas retos a los cuales enfrentarme. Volvi a mirar el reloj. A lo sumo, habían pasado dos minutos.

No lo dude más. Me cambie rápidamente de ropa y tome las llaves de mi escritorio. Cuidadosamente, me asome al pasillo. Todas las luces estaban apagadas.

Sin embargo, escuche unos pasos al final del pasillo. Ya había memorizado sus pizadas, y aquellas, sin duda, eran de Cassie.

-¿Piensas salir a algun lado?- dijo Cassie mientras pasaba ccon una taza de café en su mano, dirigiendose a su cuarto.

Salí completamente de mi habitación, sin esconderme.

- Necesito distenderme un poco - dije mirandola fijamente a los ojos.

-Mañana es tu primer día de colegio Minnie- me recordó con una sonrisa

-Por eso- le recordé - Por favor, solo por unos momentos. Daré una vueltas en el auto y nada más- le rogué.

Dudó por unos segundos. Supongo que en ese momento reconocí que ser la nueva de la familia era bueno, ya que por el momento, pensaban brindarme todos los gustos.

-Bien, pero no tardes mucho, e intenta que los demás no se entere- asintió

Sonreí dandole mi afirmacion a su regla y sigilosamente, termine el resto de mi recorrido hasta el garage, donde cuidadosamente, puse en marcha mi descapotable blanco, y comencé a andar sin sentido por las calles de Forks.

En ese momento, me di cuenta que nunca dijo la frase típica que una persona mayor le dice a alguien que tiene bajo su proteccion. -Cuidate- Quizas una parte de Cassie pensaba que sabía valerme por mi misma y por eso jamás me dijo aquella palabras. Otra parte pensaba que era lo suficiente prudente para no meterme en problemas. Y la parte mas grande de ella, pensaba que en Forks no había peligros. Lamentablemente para ella, de la primera no estaba segura, de la segunda dejaba mucho que dudar, y la tercera estaba totalmente equivocada.

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LUNES POR LA MAÑANA

Cuando Cassie me preguntó aquella mañana que tal había pasado la noche, definitivamente tuve que mentir. No había otra salida. ¿Que más hubiese dicho?.

- Oh, dormí poco, porque me pasé la noche pensando en los vampiros que me quieren lejos de Forks y en los hombres lobos que estan dando vuelta por aquí también-

Reí en cuanto pensé aquello. Sí, seguro que esa es la respuesta que toda tía quiere escuchar de una sobrina que tiene a su cargo. Es decir, ella sabe su secreto, pero de igual forma, cuando aceptó la custodia de Minnie se pensó que iba a lidear con los típicos problemas adolescentes de una típica chica adolescente, y de seguro, Cassie no pensaría que vampiros y licántropos formaran parte de ellos.

No solo afirmó con una sonrisa que había pasado una noche tranquila, sino que se sentó a la mesa, comió sus hotcakes con jarabe de fresas y tomó la mochila lista para su primer día de clases, tal cual una chica normal lo haría. Después de todo, ¿cuál era la diferencia?. Ah, sí, cuando quería podía transformarse en lobo. Nada excepcional a comparación de un adolescente con las hormonas al tope.

Rápidamente esquivó el mal humor de su prima al levantarse, y se apresuró a dirigirse hacia su auto. En el garage, se encontró a Chris quién estaba sacando su auto para dirigirse también al colegio.

- ¿Lista para tu primer día?- me preguntó mientras se fregaba los ojos con los puños.

- Perfecta- contesté con algo de sarcasmo en la voz.

Chris había logrado captarlo a tiempo, lo que significaba que poco a poco iba despertando, y sonrió.

- No debe ser tan malo- dijo mientras se escabullía en su auto.

Hice una mueca y tiré mi mochila hacia el asiento junto al puesto del conductor, donde segundos después tomé mi lugar. Encendí el motor, apreté el acelerador y me dirigí al colegio de Forks.

Ya no iba a asombrarme el encontrarme con algún vampiro, licantropo, hada, gnomo o cualquier otro ser, creatura o cosa que tuviese el agrado (o todo lo contrario) de encontrarme, ya que, por lo visto, era lo normal en Forks

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